Por Ana Soto
En 1981 las Drag Queens no estaban de moda ni Priscila era aún reina del desierto. Pero en las salas de cine se estrenaba una película protagonizada por uno de los primeros transformistas del mundo del espectáculo: Divine.
La cinta se llamaba Polyester y su mayor atractivo era el sistema Odorama, que no era otra cosa que una tarjeta rasca-huele que el espectador activaba de acuerdo con números que iban apareciendo en la pantalla.
30 años después Robert Rodriguez presume de estrenar en su cuarta parte de Mini Espías el sistema Aroma-scope, nada menos que… sí, una tarjeta rasca-huele que deberás frotar cada vez que un número así te lo indique en la pantalla. Aunque ahora, explica Rodriguez, no hay que rascar, basta con pasar el dedo para disfrutar (o no, dependiendo del aroma en cuestión) una intensa esencia.
En Polyester el sistema Odorama justificaba la irreverencia y contracultura de su director, John Waters, al distinguirse por sus olores escatológicos. Esperemos que Mini Espías 4 también vaya más allá del olor a chicle o pay de manzana y le regale a sus espectadores algunos buenos momentos de intesidad olfativa.