Texto y fotos: Eduardo Austria
Neil Harbisson nació con un defecto visual que le impide identificar los colores, toda su visión es en blanco y negro, ésta situación lo llevo a tener una obsesión por percibir el color, pues para el color es fundamental para la interacción social.
Después de varios años de hacer diversos intentos por percibir los colores logró desarrollar, junto con otros colaboradores, un ojo electrónico que es capaz de traducir los 360 colores del círculo cromático en micrótomos, cada uno diferente para cada color, el ojo electrónico identifica el color dominante de los objetos y emite el sonido que le corresponde, de esta forma Harbisson puede identificar el color en cuestión.
El hecho de que la tecnología pudiera resolver tan efectivamente una de las necesidades básicas de Neil, lo inspiró para crear, tecnología cyborg que ayudará a las personas a extender sus sentidos integrando tecnología al cuerpo humano. Esto lo hace por medio de la Fundación Cyborg, que entre otras cosas promueve el uso de la cibernética como parte del cuerpo humano y la defensa de los derechos de cyborg.
Este tipo de tecnología no solo ha sido aplicada para la extensión el mejoramiento de los sentidos humanos, sino también, a encontrado formas de expresión artística impactantes entre las que se puede incluir la representación en colores de las obras clásicas de la música, o la realización un retrato sonoro a partir de los distintos colores que se encuentran en el rostro humano.
Neil Harbissson y la Fundación Cyborg son un ejemplo claro de la materialización del futuro en nuestro presente, en el que la tecnología rebasa todas las barreras imaginables y logra que el ser humano tenga posibilidades infinitas, incluso con el perfeccionamiento de sus sentidos y el aumento de ellos, mediante la utilización de tecnología dentro de su propio cuerpo.