Para quienes pensaban que la reinterpretación de los cuentos de hadas en el cine era una moda reciente, me complace comunicarles que no es así, es una práctica antigua que ha poblado la línea del tiempo cinematográfica con filmes que van desde churrasos insufribles como Hansel y Gretel de Tommy Wirkola que desfiguró el precioso cuento alemán para convertirlo en una burda película de matones, hasta piezas de culto que se posicionan como precedentes para las nuevas narrativas, tal es el caso de The company of wolves, película de 1984 dirigida por Neil Jordan que está basada en el cuento inglés de Angela Carter con el mismo nombre de la película.
The company of wolves nos interna en un antiguo y encantado bosque habitado por crueles criaturas que andan como hombres o como lobos a voluntad aterrorizando un pequeño poblado que lucha por sobrevivir al salvaje apetito de aquellas demoniacas bestias, sin embargo, Rosalinee una adolescente interpretada por la hermosa Sarah Patterson, no siente el mismo temor que el resto de los pueblerinos, a pesar de que su hermana fue devorada por uno de los temibles licántropos. El sentimiento de Rosalinee con respecto a los lobos es mas bien de curiosidad, siente la misma intriga de conocer a aquellas criaturas que la que siente por descifrar su feminidad y la pronta interacción que tendrá con los hombres. Además, la historia de Rosalinee se refuerza con la inserción de otros relatos que también involucran a lobos y mujeres, marcando contradicciones y complejos giros dramáticos que aumentan la tensión de la historia.
Quienes decidan ver esta película que es parte del Ciclo de Cine Gótico Inglés de la Cineteca Nacional, se encontrarán con una interesante versión del cuento clásico de Caperucita Roja contado en una atmósfera oscura y violenta, con la ausencia total de los filtros inherentes a una historia infantil sustituidos por escenas sangrientas, erotismo elegante y peligroso, y un final tremendamente distinto al de la historia popular. La atmósfera de misticismo, suspenso y sexualidad de la película, se alimenta por una larga lista de símbolos relacionados con el paso de niña a mujer, el inicio de la vida sexual, la maternidad y la agresividad del acto sexual. Además de que como todo cuento de hadas tiene una marcada moraleja que obviamente no les voy a adelantar pero les puedo asegurar que nada tiene que ver con cuidar a la abuelita.
EDUARDO AUSTRIA
@eddi_aus