La emoción de encontrar propuestas cinematográficas innovadoras se asemeja a la emoción de entablar una conversación interesante con un desconocido, no sabes lo que te espera pero al final hay una nueva experiencia en tu mente. El director es Rodrigo Sorogayen, él e Isabel Peña escriben Stockholm, Stockholm es la capital de Suecia, una discoteca, un síndrome psicológico, pero es por encima de todo una historia de amor.
Ella y él, dos personajes sin nombre definido pero tan reales que no lo necesitan, dos habitantes de la ciudad de Madrid que en realidad podría ser cualquiera otra, una noche lucida y divertida, un día sombrío y deprimente. Una historia de amor contemporáneo vertida en un filme fresco que enaltece el nuevo cine español.
Él y ella se conoce en una discoteca, él la rapta tiernamente y la convence de amarlo, después, ella hace los mismo pero con nuevas circunstancias, ambos se enamoran de sus captores a pesar de estar juntos a la fuerza. Stockholm, una película indudablemente dualista, dos caracteres opuestos, una mujer y un hombre, una noche y un día, la luz y la oscuridad, el amor y el odio, la vida y la muerte; eso es Stockholm.
Dinámica y profunda, tan real y actual que perturba. Con diálogos fluidos y dominantes que recuerdan la pasión literaria del teatro, combinada con las ventajas del lenguaje cinematográfico que explota el color, la luz, el espacio y el tiempo, una película que crece poco a poco hasta reventar como supernova con un final impactante. Disponible en todo el circuito cinematográfico cultural de la Cuidad de México, no se la pierdan.
EDUARDO AUSTRIA
@eddi_aus