La noche de ayer en el recinto de El Plaza fue testigo de los empujones, gritos, canciones rápidas y riffs rasposos por parte de Wolfmother. Originarios de Sydney, Australia, se abrieron paso por la energía y ejecución de Andrew Stockdale, el frontman. Claramente se puede escuchar la influencia de bandas como The White Stripes y esas estridencias que Jack White produce, así como AC/DC.
Andrew Stockdale dio el show abridor como solista.
Solamente con un par de guitarras Gibson SG y todo el poder de sus pedales “Big Muff”, su “Overdrive-Booster” y su Small Stone-Phaser Wolfmother fue capaz de hacer volar las cabezas y poner a saltar a casi todo el público. La lluvia de basura, de cervezas y vasos vacíos no se hizo esperar desde el primer acorde y tarolazo de “Victorious”, el primer tema del show. Empujones, jalones y celulares apuntando al escenario eran parte de lo que la mayoría vivió anoche.
En ocasiones me recordaban a los mexicanos de The Risin’ Sun, tanto por la vestimenta como por el estilo que manejan en la ejecución; incluso el corte de cabello y base alborotada tienen bastante similitud. La noche se rompió cuando llegó Woman, uno de sus mejores temas y que es imprescindible en cualquiera de sus presentaciones. Literalmente se sentía el piso moverse por los brincos que daban los asistentes, principalmente los de la parte frontal-central.
New Moon Rising, White Unicorn, Apple Tree, Gypsy Caravan, Pyramid, Vagabond y White Feather conformaron la primera parte del evento. Como se aprecia, los temas del primer disco “Wolfmother” fueron los protagonistas. Es algo inusual, ya que normalmente las bandas promocionan su más reciente producción en sus giras. En este caso debió haber sido “Victorious“, pero sólo fueron interpretados 3 temas del mismo: “Gypsy Caravan“, “Victorious” y “The Love That You Give“.
Impresionante toma de Alex Carapetis en pleno éxtasis.
La segunda parte estuvo conformada por The Love That You Give, Love Train, California Queen, How Many Times, Dimension y Colossal. Por si fuera poco, regresaron de un “encore” a rematar con tal vez su más grande éxito: Joker & The Thief. Por momentos parecía que Andrew estaba tentado a estrellar su guitarra contra el suelo o contra los amplificadores VOX y Marshall. Del mismo modo cogió el atril del micrófono y lo elevaba casi hasta el punto de lanzarlo contra la audiencia, de la cual estaban ampliamente sorprendidos por el cálido recibimiento.
Quienes ya tengan su boleto para el Festival Coordenada tengan por seguro que presenciarán un gran espectáculo por parte de este trío australiano, que son capaces de poner a saltar hasta a los muertos con su aspecto desenfadado, redobles de batería y guitarras sucias.