La Ciudad de México siempre ha sido un atractivo para cualquier extranjero. Se carga un gran bagaje cultural y patrimonial, además de contar con una ubicación geográfica muy placentera. Ahora imaginemos un concierto de uno de los líderes de las bandas más influyentes en la historia de la música. Ahora imaginen ese concierto ¡gratis! El Señor Roger Waters, ex-líder de la mítica banda Pink Floyd, fue capaz de abarrotar la plancha del Zócalo de la Ciudad de México con una cifra que rebasa los 200,000 asistentes. Las calles de 20 de Noviembre, Corregidora, Pino Suárez y 5 de Febrero parecían no tener abasto para la cantidad de gente que se arremolinaba hacia el frente por un mejor lugar.
La cita era a las 20 hrs., pero había gente que se reunía horas antes para acampar. Los empujones, rechiflas y peleas se hicieron presentes en la fila para el acceso, defendiendo obsesivamente el lugar que habían alcanzado de acuerdo a su arribo. Confusión, insolación, hambre y dolor de pies eran los padecimientos que sufría la mayoría de los asistentes, todo con tal ver a la leyenda viva. De pronto el Señor Waters se dio el lujo de salir al escenario y saludar a los seguidores, caminando a lo largo de todo el escenario. Minutos antes del comienzo, el cielo nos regaló unos paisajes dignos de una fotografía. Eran las 19.45 hrs e inopinadamente se encendieron las pantallas que proyectaban el suelo lunar, con un mar de estrellas de fondo. El sonido era realmente envolvente, pues había bocinas instaladas en todo el primer cuadro de la ciudad, y de las cuales se escuchaban ladridos de perros.
Finalmente se hizo presente una imagen y el sonido revelaba que era evidente que Waters estaba por aparecer. Todo mundo alzaba sus teléfonos y esperaba impaciente. Estábamos a punto de ser testigos de uno de los conciertos más memorables que se hayan dado en la Ciudad de México. La presentación comenzó con “Speak To Me“. “One Of These Days” y “Breathe” se hacían presentes. Lo que más emoción causaba eran los visuales que eran proyectados y superpuestos sobre la imagen de Waters y sus intérpretes. Increíble visual el de “Time“, que fue modificado respecto de las presentaciones que ofreció en el Foro Sol en días pasados. El himno del equipo de Liverpool fue coreado por decenas de miles, pues “You Will Never Walk Alone” sonaba.
Un estentóreo sonido impresionaba y se coordinaba con la elevación de 4 chimeneas en la parte superior del escenario.
“Pigs On The Wing” se hacía presente, amenizada con imágenes y consignas contra Donald Trump.
El rechazo a las declaraciones del magnate norteamericano candidato a la presidencia era evidente.
“Mother” y las lágrimas que se disipaban en la lluvia eran el ingrediente perfecto para la noche. En ambas presentaciones en el Foro Sol, fuimos testigos de una carta que leyó en reclamo al presidente de México, Enrique Peña Nieto. Le recriminaba la desaparición de miles de personas, de los privilegios para clase política. Las rechiflas y el grito del público al unísono de “Renuncia ya” y “Asesino” salían de la boca de la mayoría de los asistentes.
A la par, aparecía el distintivo globo de puerco, en esta ocasión lleno de consignas: Nos faltan 43, Fue El Estado, Ayotzinapa; todos con tintes políticos.
No podía finalizar de un mejor modo la presentación con “Bring The Boys Back Home” y “Comfortably Numb“. Sin duda el espectáculo de la noche fue el juego completo de luces láser que simularon el prisma piramidal y la descomposición de la luz blanca en los demás espectros característicos de cada color.
Los últimos acordes y tarolazos sonaron al momento justo de la detonación de fuegos artificiales. Todo un espectáculo que fue presenciado por gente de todas parte de la república, e incluso de otros países de Centro y Sudamérica. Una noche en la cual la lluvia se apiado ligeramente y ayudó a disfrutar de un mejor modo el evento. Gracias, muchísimas gracias, Roger Waters.
Revive el concierto completo aquí: