Mucha expectativa se guardaba entre los asistentes por conocer el setlist que Devendra Banhart. Un Plaza Condesa que se comenzó a llenar desde temprano. Se desconocía si habría telonero. De pronto se asomaron dos personajes que el público reconoció inmediatamente. Se trataba de músicos de la presentación estelar de la noche. El bajista y baterista salieron acompañados de un bajo, una caja de ritmos y un ukulele. Gregory Rogove interpretaba canciones con mucha soltura en el laúd hawaiano de escalas pentatónicas, lejos de los golpes que pega en los parches. Tras unos 20 minutos, dejaban tras de sí una estela de melancolía acompañada de suspiros. Un ambiente y una entrada perfecta para el número grande.
Entre aplausos, gritos y flashazos, y saludos en español que decían “Hola, hermanas, hermanos, familia mexicana” fue suficiente para detonar la segregación de hormonas. Un suéter de tweed inglés que portaba y una corbata, además de su distintiva barba. Siguieron manteniendo la línea que habían dejado atrás sus músicos. Temas suaves, algunos meneos y más movimientos lascivos que literalmente derretían a las mujeres de entre el público.
Apenas dentro de las 3 primeras canciones y ya se le oía cantar en español. Con una pulcra ejecución en su Fender Jaguar y no se metía en tantos líos, su perfecto español bastaba también. Varios temas y algunos en español, uno tras otro fueron sonando. “Mi Negrita”, “Luna de Margarita”, “Alone” y “Golden Girls”, por ejemplo.
Tras sentirse un poco acalorado, tanto por el cálido recibimiento como por la ejecución, decidió quitarse el suéter. No podían resistirse las seguidoras a alabarle. Tras un par de canciones más, la banda procedió a abandonar el escenario, dejando a Devendra solo con su guitarra. Parecía una sesión de complacencias, pues pedía al público sugerencias sobre qué canciones tocar. Algunas las tocaba, pero incompletas, no obstante que desde el principio avisaba que sólo se la sabía hasta tal punto. Así nos fuimos atrapados con él otros 15 ó 20 minutos más.
La banda aparecía de nuevo. Un poco más de ritmo trajeron consigo e interpretaron más clásicos. “Fancy Man” comenzaba y el público la reconocía desde los primeros acordes. “Saturday Night” no se hizo esperar y también sonó. Interpretaciones de sus otras producciones y, aunque no venía propiamente promocionando algo nuevo, nos fue muy placentera la velada con él en un recinto íntimo con es El Plaza. Si aún no se convencían para ir a Acapulco al Festival Trópico, él fue una muy buena referencia para comprar un boleto y disfrutarle al pie de la playa.