División Minúscula es un referente para personas de entre los 25 y 40 años tal vez, pues crecieron con su música, compartiendo el sentimiento de las letras y asistiendo en cada oportunidad a cada concierto al que tuvieran oportunidad de asistir. La noche de ayer fue de celebración doble con el décimo aniversario de “Defecto Perfecto” y el decimoquinto de “Extrañando Casa”. El recinto que sería testigo fue la Carpa Astros, sobre Calzada de Tlalpan.
Alrededor de las 5 de la tarde comenzaban a darse cita los seguidores. La presentación estaría precedida de 4 bandas invitadas: Tolidos, Tungas, Sputnik y Camiches, presentándose cada una alrededor de media hora, para al filo de las 10 de la noche, irrumpieran los hermanos Blake acompañados de Alex, Efrén y Ricci. Las bandas invitadas y encargadas de calentar el ambiente tenían una tendencia Punk totalmente marcada, con guitarrazos al por mayor y redobles de batería enmarcados por una línea rápida de bajo.
Habiéndose presentado en grande por última vez en la Ciudad de México en el Auditorio Nacional, esta vez regresaban con toda la energía y en escatimar en ir sacando todos los éxitos desde el principio. De empujones, manos alzando teléfonos celulares, brincos y gritos estentóreos, están de sobra, y más tratándose de un conciertos de aniversario, de gala, de manteles largos, con canciones que les hicieron famosos y como referente de la música en español en México.
“Un Beso Al Aire Y Un Tiro Al Pecho”, “Revienta”, “Tinta Y Papel”, “Cansado De Pedir Perdón” y “Música”, por mencionar algunos, fueron de los temas con los que el excirco sintió y retumbó en movimientos del suelo causados por los brincos de los fervientes aficionados. Este conciertos fue bastante emotivo. Es como si Radiohead hiciera un concierto para tocar sólo temas de “The Bends” y “OK Computer”; así de este modo escuchamos letras de su era rebelde y vimos parte de su evolución musical.
Dos álbumes que les marcaron, que nos marcaron, que marcaron en la música en español. Un gusto compartido convivir entre seguidores de distintas generaciones, todos compartiendo el mismo sentir que quedaba retratado en fotografías captadas en momentos donde se le veía tanto a la banda como los asistentes estar con las psiques al unísono, alineadas, en éxtasis.