Uno de los festivales más emblemáticos en la historia de la música y conocido por el ambiente a lo hippie que se vivía sobre sus verdes pastos: Woodstock. De ese modo decidieron bautizar su noveno álbum. Pasaron 4 años para que terminara de fraguarse el nuevo material de la banda originaria de Alaska. El show estuvo caracterizado por la puesta en escena de unos visuales que estuvieron amenizando de manera sorprendente durante toda la presentación.
La poca iluminación muy probablemente dificultaba el trabajo de los fotógrafos, ya que era paupérrima, y se enfocaba principalmente en la proyección de los visuales. El trabajo visual eran animaciones que parecía que se les veía por medio del influjo de sustancias como el LSD, ya que presentaban figuras con trayectorias azarosas, figuras antropomorfas que se abrían en toda una gama de colores, así como partículas oleosas.
Enmarcado por varios “covers”, dieron inicio a la promoción de su nuevo álbum, del cual fue muy notoria la presencia y el ánimo que encendió en la gente el sencillo “Feel It Still”. Entre otros temas de la reciente producción pudimos escuchar “Live In The Moment”, “So Young” y “Rich Friends”, entre otros. El tema abridor fue “Purple, Yellow, Red And Blue”, el cual terminó de despertar el entusiasmo tras iniciar con un tema de Metallica y Pink Floyd, respectivamente.
Nos hicieron bailar con temas de otros álbumes, aunque fueron los menos, ya que del “Evil Friends” y “In The Mountain In The Cloud” de los cuales fueron los álbumes con mayor presencia en el repertorio. Un concierto en el que se incluyó incluso un tema de Oasis para cerrar, como fue “Don’t Look Back In Anger”, que ha sido muy interpretado recientemente a raíz de los atentados en Mánchester. Para cerrar la presentación volverían con un par de temas que son ampliamente conocidos por todos aquellos quienes les conocemos: “Hip Hop Kids” y “Holy Roller”.