Fotos: Fernando Aceves.
Los últimos conciertos de este rocktubre, que por cierto termina a principios de diciembre, han sido memorables, un poco por la sinergía que existe entre el público mexicano y las bandas que nos han visitado, y otro mucho porque los lamentables acontecimientos del #S19. Vimos como U2 trataba de convertir en algo muy especial esas noches de sus presentaciones en el Foro Sol, y aunque lo logró, dejo mucho que desear el fervor del que somos muy famosos a nivel mundial, y no faltaba más, tenía no menos de 15 días el #S19, aunque la banda se entregó a este público que tanto ama, no fue suficiente para convertirla en mágica como cada visita que ha hecho U2 a nuestro país, Red Hot Chili Peppers de igual manera, festivales como el ULTRA y sus Dj’s también, y poco a poco como que nos íbamos desempolvando, literal, ese “miedo”.
El grito de guerra del #S19 #FuerzaMéxico lo hicieron suyo, como si hubieran vivido lo que nosotros. pero aún así no nos sacudíamos esas terribles fechas.
Ayer al parecer regresamos a ser los mismos de siempre, ese público que hace llorar artistas, ese mismo que deja anonadados a los grupos que vienen por primera vez o que regresan con la firme convicción que aquí los concierto son más que eso, ayer Paul McCartney nos recordó quienes éramos, porque amamos la música, los conciertos, porque nos entregamos como si fuera la última vez que viéramos a nuestro artista favorito.
Ayer hubo lagrimas no sólo de los fans de décadas, sino de millenials que seguro habían conocido a los Beatles por algún familiar cercano, amigo o por herencia, que decir de los chavoruckos que les era más cercano el último Beatle en activo. Había 4 generaciones por lo menos ayer en el coloso de Santa Ursula que no dejaron de gritar, de llorar, de corear, de sentirse vivos una vez más.
Así fue el concierto de ayer de Sir Paul McCartney, memorable, épico, apoteósico. El sabía que necesitábamos ese apapacho y vaya que nos lo dio, casi 3 horas de clásicos y él nunca se sentó o dio muestras de cansancio, al contrario se inspiraba más con sus frases en español, gritando #FuerzaMéxico, halagándonos por esa entrega, invitándonos a seguir coreando la siguiente “rola”, como el lo decía con su español.
La noche de ayer quedará en el inconsciente colectivo por generaciones.
Por último, no puedo dejar pasar por alto mi agradecimiento a mi madre por enseñarme y heredarme el gusto por los Beatles.