La noche del jueves, la cantante y compositora Natalia Lafourcade deleitó a un Metropólitan abarrotado con el que fuera su cierre de gira Musas I y II.
La noche inició íntima. Una mesa azul, Los Macorinos y la voz de Natalia fueron suficientes para hipnotizar al público asistente: “Buenas noches, es un placer tenerlos en el comedor de nuestra casa, por el cual han pasado personalidades célebres”. Portando un vestido rojo y una diadema de flores abrió el concierto interpretando Alma mía, seguida de Mexicana hermosa, Tú me acostumbraste, Luz de Luna, ¿Qué he sacado con quererte? y Soledad y el mar.
La velada estuvo dividida en bloques en los que cupo toda la carrera de Lafourcade. El segundo bloque, vino acompañado de un cambio de vestuario, conformado por una blusa blanca y un pantalón negro. Dando pie a una de las canciones más coreadas por los asistentes: Hasta la raíz, seguida de Lo que construímos, Ya no te puedo querer y Nunca es suficiente.
El coloso de independencia se tornó nostálgico en el tercer bloque en el que la cantante interpretó sus primeros éxitos, tales cómo Amarte duele y Casa, seguida de canciones que pusieron a todos a bailar cómo la esperada En el 2000 y Ella es bonita.
El cuarto bloque estuvo conformado por la canción que hizo que Natalia se presentara en los pasados premios Oscar, sin embargo, esta ocasión no estuvo acompañada de Gael ni de Miguel, el invitado de la noche, David Aguilar acompañó a Lafourcade con Recuérdame, para después interpretar una de sus canciones, Eco.
El final del concierto estaba cada vez más cerca, sin embargo los ánimos del público no pararon para dar pie al quinto y último bloque, en el que Para que sufrir fue la primera de las canciones, seguida de Negrito, Tus ojitos, Soy lo prohibido, Mi tierra veracruzana y la muy esperada Tú si sabes quererme, cerrando el concierto con la canción que grabó con El divo de Juárez, Ya no vivo por vivir.