La fascinación de una historia que ha conmovido incluso a aquellos que no son seguidores de la banda. Coldplay relata en una producción de poco más de 2 horas y media un ejemplo de hermandad, de unión, de perseverancia, de “dictadura democrática” dicho por el mismo Chris Martin. Una historia que fue presentada gracias a la obsesión de un aficionado a las cámaras, como lo fue desde un principio Mat Whitecross, director del documental, y gracias también a la creatividad, apertura y mucho trabajo de una banda que se germinó en el seno del salón de clases.
Una historia que se fundamenta a sí misma transportándonos en distintos puntos de los 20 años que tienen como banda. Desde un inquieto y espontáneo Chris Martin que era el alma de las reuniones de compañeros de la universidad, hasta la misma inquietud y energía que conserva para recorrer uno de los escenarios más impresionantes que se hayan montado; desde componer pequeñas rimas con una guitarra para un compañero de banca, pasando por la obsesión que le llevó a encerrarse fines de semana enteros durante la composición del álbum “A Rush Of Blood To The Head”, hasta la significación del duelo por el que pasó tras su divorcio con la actriz Gwyneth Paltrow.
Coldplay no sólo es Chris Martin, pero su humildad le ha hecho darle voz y protagonismo por igual al tímido virtuoso Jonny Buckland, al sensual cara-larga de Guy Berryman y a Will Champion, de opinión más centrada y conciliatoria. El mismo director del documental Mat Whitecross dijo que al final tenía una producción que duraba alrededor de ¡10 horas! La compresión de la historia tal vez dejó muchas cosas que nos habría gustado ver, pero conservó el mensaje que la banda quería transmitir, que es el mismo desde que grabaron su inédito EP “Panic” [1997], todavía sin Will Champion, hasta el cierre de su gira más exitosa hace exactamente un año.
Coldplay es de las pocas bandas británicas en la actualidad que son capaces de llenar estadios enteros, como la osadía que sucedió en México de agotar totalmente las entradas a los 3 conciertos programados, rompiendo récord de aforo en ese recinto, pasando por encima del Estadio Maracaná, en Brasil. Entre los seguidores que asisten a un concierto de Coldplay se respira un ambiente y una devoción muy distinta del que sucede con otras bandas. Coldplay logra amalgamar a toda una audiencia uniéndola en sintonía con todo el espectáculo visual que son sus conciertos de hoy día, tal como vemos en el video grabado en el Foro Sol en 2016.
Los lados B de la banda también son parte de su historia. Las discusiones, desacuerdos que van desde la votación por el orden de las canciones para el álbum, hasta arreglos en algunos instrumentos, la renuncia de su manager Phil Harvey, así como la necedad de Will de querer incluir un acordeón en “Hurts Like Heaven”, a lo que Guy con toda soltura comentó “Yo no voy a tocar eso”. Al final se convirtió en una de las canciones más emocionantes para abrir un concierto.
Para los seguidores más obsesivos hubo varias sorpresas, como fue el hecho de escuchar de fondo canciones no tan escuchadas, o menos preferidas por el público, como fue “Careful Where You Stand”, “I Bloom Blaum”, “Such A Rush”, “No More Keeping My Feet On The Ground” y hasta un extracto de “Vitamins” canción desconocida hoy día. Alrededor de 3/4 de la historia centrada en los primeros 3 álbumes, lo inconformes que siempre estuvieron con el “X&Y”, siendo que tiene los arreglos más pesados en la guitarra de Jonny.
Guy Berryman habla sobre la diferencia abismal entre el “Parachutes” y “A Head Full Of Dreams”, en cuanto a producción, planeación, recursos y composición. Pasar de un disco tan acústico, íntimo e inocente, aunque sea considerado por mucho como su favorito y el mejor de su carrera, en contraste con el oneroso estudio y sus extensiones en casas de ellos, como los loops, la participación con Beyoncé, Rihanna y Jay-Z, criticadas por muchos y señalados como culpables del “desvío” del sonido de Coldplay. Una historia conmovedora, inspiradora y que muestra a una de las bandas más famosas del mundo en un estado muy simple, muy abierto, muy humano, muy unido. Un ejemplo.