Texto por José Jivrán Hernández.
Foto por Chino Lemus.
Una gran noche fue la que vivieron los fans de Moderatto el pasado jueves 8 de noviembre. Si algo saben hacer estos muchachos es divertir a su público, y como venían prometiendo desde su conferencia de prensa fueron bastante cercanos a los asistentes. Iniciando por la sorpresa de encontrarnos con un Auditorio Nacional sin sillas en la parte más cercana al escenario, lo que sin lugar a dudas, permitió a los asistentes hacer de todo (hasta cargar en diferentes ocasiones a Jay de Cueva), además de esto instalaron un serie de plataformas sobre el escenario para que alrededor de 100 personas estuvieran disfrutando del concierto de una manera insospechada.
Iniciando la noche con su versión de la famosa canción de Cristian Castro “No Podrás”, los asistentes no dejaron de cantar y alabar una a una la lluvia de covers y power ballads que la banda tenía para ellos, canciones como “Isabel”, “Chavo de Onda”, ”Sentimental”, “Si Mi Delito Es Rockear”, “Mil Demonios”, “Muriendo Lento”, “Gracias”, ”Amor Prohibido”, “Quemándome De Amor” y “Ya Lo Veía Venir”. Se hicieron sonar a una sola voz dentro del auditorio nacional, sin dar tregua a los asistentes. Las canciones que más hicieron sonar a todo el auditorio fueron: “muriendo lento” quien contó con la primera invitada sorpresa de la noche, Belinda, “Quemándome de Amor” quien contó con la participación de Kendall Schmidt y la súper alargadísima “Ya Lo Veía Venir”, en la cual la banda subió a alrededor de 6 asistentes para tocar la guitarra, el bajo y la batería.
El show transcurrió con gran energía, tanto por parte de los asistentes como por Moderatto, Jay de la Cueva no dejaba de correr, saltar, girar e interactuar con el público, pidiéndoles que prendieran sus celulares o incluso pasando entre ellos. Durante toda su presentación la banda rindió tributo a toda la parafernalia del rock clásico con riffs de Led Zeppelin, Rolling Stones, Judas Priest y quizá lo más vitoreado, la interpretación de “We Will Rock You” de Queen. Además de referencias claras a Kiss o Motley Crue con sus vestuarios (Jay cambio se cambió al menos unos 4 veces) y efectos como chispas (mismas que salieron incluso desde el bajo de Xavi Moderatto), fuego, láser y bombos de fantasia.
Jay de la Cueva convirtió el Auditorio en su casa al subir al escenario a su sobrino (tocando la guitarra) y a su padre (para tocar el piano) en dos distintas canciones. Después de esto, culminaron el concierto con un “Mashup” de lamento Boliviano de Enanitos Verdes y “New Year’s Day” de U2, donde Jay de la Cueva toco el piano.