TEXTO: Xamanek López
FOTO: César Vicuña (OCESA)
2 años esperamos para que nos visitara de nueva cuenta uno de los personajes más queridos y afamados del rock, hablar de Roger Waters es hablar de historia, desde Pink Floyd hasta su carrera como solista nos ha demostrado que es un “must” para disfrutar en vivo, ya sea por sus letras, música, producción o discurso; siempre tendremos algo nuevo que contar sobre lo que se vive en uno de sus shows.
La primera de las 3 noches, lució llena, 16 mil personas cantaron de inicio a fin cada una de las canciones que el setlist nos regalaba y que acompañado de grandes visuales, un despliegue técnico inmejorable y un sonido de finísima calidad nos dejaría claro que Roger Waters es un GENIO.
Hay varios puntos clave en el desarrollo del show, uno de ellos es la pantalla que se desplegó al centro del Palacio, de la nada teníamos la portada del “Animals” frente a nuestros ojos, el ya clásico cerdo con la leyenda “Sean Humanos” las consignas de resistencia contra Trump, Bolsonaro el apoyo a Julian Assange y más.
En cuanto a las canciones, fue un set variado entre sus discos más representativos con Pink Floyd y presentando canciones de su nuevo material Is this the life we really want? desde Breathe, Time o Wish you were here, hasta Dogs, Pigs o las nuevas como Picture that,The Last Refugee.
El punto culminante fue la ovación que duró más de 5 minutos, un Palacio que se le entregaba a Roger y él sin poderlo creer, mencionando que la vibra era como aquella vez del Zócalo pero en un punto mucho más íntimo.
Quedan 2 noches en la CDMX y es necesario no perderse sus conciertos.