A poco más de un año de haber logrado un sold out en el Plaza Condesa, Hocico volvió al recinto para ofrecer un concierto épico que comprueba por qué son una de las bandas más importantes de la escena dark electro (aggrotech).
El evento comenzó con la presentación de Resistor que dio un show que puso a bailar a la mayoría de los asistentes, posteriormente Dimitri Berzerk presentó un poco del set de su My Love Is Electric.
A las 9:30 pm aparecieron dos siluetas sobre el escenario, se trató de Kreign, cuyos integrantes tocaron media hora entre un fuerte juego de luces inundó el Plaza Condesa mientras ellos usaron velos negros que se quitaron hasta el final.
La aparición del staff acomodando detalles, el logotipo de una araña y un micrófono con cráneos anunció que Hocico estaba por salir al escenario, cosa que ocurrió cerca de las 10:15 pm.
Con tenues luces, humo en el ambiente y sonidos que crearon un misterioso ambiente, Eik Aicrag y Racso Agroyam tomaron sus lugares y saludaron a su público con “Dark Sunday”, el primer sencillo de su más reciente material discográfico.
Mientras Racso dio una muestra de su poder en las consolas, Erk tomó un cráneo, posó con él y se acercó a los presentes, quienes comenzaron a brincar con “Sex Sick” y “In the name of violence”.
El reencuentro esperado entre Hocico y sus fans mexicanos siguió al ritmo de temas como “No one gets out alive” y el clásico “Bite me”.
“Todas las puertas están cerradas, está noche morimos todos juntos”, dijo Erk mientras unas débiles luces iluminaron y gritos de los fans inundaron el lugar al verlo bajar del escenario.
Después de cantar junto a los fans, el músico volvió al escenario y en las pantallas se comenzaron a ver imágenes de perros negros mientras los primeros acordes de “Tiempos de furia” provocaron que se formara un slam que hizo a los elementos de seguridad correr a la barra para sacar a dos personas.
“Esta noche nadie sale vivo, ¿aún pueden gritar o ya se cansaron?”, dijo el vocalista.
Tras una pequeña pausa, el dúo volvió al escenario para interpretar temas que se han convertido en sus himnos como “Ecos” y “Odio bajo el alma”.
Después de casi una hora y media, algunas luces del Plaza Condesa iluminaron con más intensidad como señal de que el final estaba cerca. A pesar de gritos de quienes pidieron otra canción, Erk y Racso se despidieron a la hora marcada en el itinerario, no sin antes interpretar “Sexo bajo testosterona”, tema que dejó a los presentes eufóricos.