FOTOS DE: Ocesa / José Jorge Carreón.
Camilo VII: Amor paz y evolución
El Auditorio Nacional fue testigo de la noche en la que todos coreamos y o ovacionamos a una banda que ha trabajado para lograr comunicar con su música todas sus vivencias, temores y sueños. Todos agradecemos la melodiosa voz de Manuel Mendoza y las suaves notas que se desprenden en cada acorde, ellos son fieles a sus sentimientos mismos que nos comunican a través de piezas tan sensibles y reales plasmadas en sus dos producciones discográficas; Oleos y más recientemente Navegantes.
Confiados y perfectamente uniformados, Jonathan Meléndez, Manuel Mendoza y Erik Vazquez salieron a encarar la onda de gritos y ovaciones que les daba la bienvenida a la noche en que su sueño se volvía realidad.
En un inicio, todo parecía muy irreal, la banda incluso no entendía la magnitud de ese evento en sus vidas, pero quienes los seguimos desde un inicio sabemos que este logro lo tienen bien merecido.
La noche se desenvolvía a paso lento, mientras éramos testigo de la notable evolución de Manuel Mendoza en el escenario, la desenvoltura y perfecta sincronía de cada instrumento adornó cada paso y cada ademán. Mendoza tomó el micrófono y se apoderó del escenario al ritmo de “Frecuencia”, “Contacto” y ”Noche eterna” temas que se desprenden de Navegantes el protagonista del show.
Desde lo más glorioso del amor hasta lo más complejo y real podemos ver en la corta trayectoria de este trío una serie de piezas que han conectado al 100% con sus fans. Todos fuimos testigos de un logro más para esta banda que empezó tocando en foros pequeños e incluso auditorios de universidades -la mía incluida- hasta llegar a uno de los escenarios más importantes del país. Tocando lo más solicitado de su repertorio, “Ser humano” contó con la colaboración de Marcela Viejo, así como “Fusión” con la compañía de Santiago, vocal de Little Jesus.
La conexión con los fans es inevitable; “Miénteme” fue prueba de ello, todo el Auditorio se iluminó simulando “el universo” tal como Mendoza lo solicitó a los presentes. Temas como “Fantasmas” y “Pulso” fueron coreados acompañados de un ligero valseo.
En lo último de su repertorio, “Neón” y “No confíes en mi” anunciaba el final del show. Pero un gran evento no puede sino terminar con un gran tema, entre euforia, baile y vitoreo Camilo VII se despidió con “Vicio”.
Anotar Auditorio Nacional en una trayectoria resulta increíble y casi inalcanzable para muchas bandas, Camilo VII cuenta ahora con este recinto entre su corto pero agitado camino en la escena musical. Ellos son un ejemplo del respeto, humildad y ante todo amor que un músico debe tener hacia su proyecto.