Este fin de semana tuvimos a Steven Wilson en la Ciudad de México: dos extraordinarios conciertos, una invitada especial y una amena charla nos dejaron un gran sabor de boca. Particularmente quiero hablar de lo que me atrapó la primera vez que lo vi: la magia audiovisual.
En Expo-Soundcheck, Steven nos platicó un poco de su proceso para realizar música. Descubrimos que más allá de ser un músico estudiado, es un músico intuitivo y con gran visión.
Personalmente pude entender más de la magia en sus conciertos, entendí de dónde sale toda esa energía (particularmente notable en este último concierto) y el por qué cuenta con múltiples proyectos alternos tan diferentes, por ejemplo Storm Corrosion, del cuál pudimos escuchar en el concierto “Drag Ropes”.
Steven piensa más allá de la música, visualiza todo el contexto creativo, es decir, ve a la música “audiovisualmente”. Quienes han ido a sus presentaciones en vivo, saben lo importante que son los visuales en el concierto. La sinergia y virtuosismo de la banda se combinan magistralmente con el imaginario de Steven, como si nos sumergiéramos en su cabeza. No le interesan las notas y ejecuciones perfectas, sino el sentimiento y la visión de cada una de ellas.
Por ejemplo, en “First Regret”, la canción que abre “Hand Cannot Erase”, las imágenes nos invitan a conocer a la protagonista, su entorno, su modo de vida por medio de un film; mientras que en “Vermillioncore” pieza de su último álbum nos lleva por un recorrido visual más abstracto, lleno de texturas, por medio de una simple premisa: un visual en una pantalla sobrepuesto con otro visual proyectado en una tela. Y, utilizando únicamente luz, en “Sleep Together” nos transporta a un mundo donde pareciera que él, en el escenario se multiplicara por medio de sombras. El recurso es simple, pero el resultado es memorable.
Esta es la magia del arte de Steven Wilson, con simples elementos y materiales ya existentes, logra plasmar su propia visión, más allá de lo musical.