Texto y fotos: @danibikolor
Pocas bandas logran hacer #soldout dos noches seguidas en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México y Los Mesoneros lo hicieron los pasados 18 y 19 de octubre cuando por primera vez su propuesta musical llegó a tan importante escenario capitalino.
En completa oscuridad, luces rojas intermitentes y un beat repetitivo que se iba acelerando conforme el tiempo pasaba dio inicio una de las noches más especiales para Luis Jiménez, Juan Ignacio Sucre y Carlos Sardi, un trio venezolano que tras más de una década de carrera se reencontró con su público mexicano al ritmo de “Prefiero no saber”.
“Buenas noches Ciudad de México, nosotros somos los fucking Mesoneros” fue el saludo de bienvenida que dio Luis mientras el intro de “El Paraíso” sonaba de fondo. Para su tercer y cuarto tema, “No terminamos de terminar” y “Exprópiese” aterrizaron en el escenario más de tres peluches del “Dr. Simi” como muestras de afecto del público.
Los minutos avanzaron y con ello el setlist que la banda eligió haciendo un recorrido por sus primeros sencillos tales como “Aquí Sigo”, “Un segundo”, “Retroceder” para después abrir paso a los últimos temas: “El puesto es mío”, “Más Tuyo” y “Despídete bien”.
En este túnel del tiempo tampoco pudieron faltar éxitos como “Caiga la noche”, “Riesgo” y “Pangea” interpretado a lado de Elsa y Elmar, única invitada de la noche.
En un primer encore, la banda dejó su atuendo blanco para cambiarlo por uno con tonalidades rojo y colocar un piano lleno de brillantina para cantar el último hit “Tu canción”.
Pasados los 90 minutos, la noche nos auguraba que lo mejor estaba por venir y la apuesta no falló pues una nube de energía, solos de guitarra, gritos, emociones y aplausos acaparó el Teatro Metropolitan al sonar “Dime como tu quieras”, “Dos”, “Indeleble”, Solo”, “Últimas palabras”, “Sol Rojo” y “Te lo advertí”.
Entre papelitos de color blanco, luces y un corazón agitado de cada uno de los fans fue como llegó a su fin este épico concierto que en la carrera de Los Mesoneros es tan solo el primer escalón para continuar subiendo dentro de la escena musical, en donde, su ciclo apenas comienza.